Los substratos del Jardín

Tres tipos de substratos conforman el jardín que pisas a lo largo del recorrido, cada uno con una composición y características que determinan la vegetación que habita en ellos.
Las calizas son mayoritarias en esta zona. Son materiales ricos en carbonato cálcico, de color marrón-anaranjado. Son suelos ricos en nutrientes por lo que suelen utilizarse en agricultura.
Las dolomías son terrenos muy particulares que aparecen en puntos concretos de nuestra geografía. Por aquí lo puedes ver en el Trevenque y en el arenal dolomítico del Jardín. De color gris claro; son suelos inestables y muy áridos. El calcio de las calizas se sustituye en ellos por magnesio. Contiene un gran número de plantas exclusivas adaptadas a estas especiales condiciones.
En el interior del Jardín aparecen afloramientos de filitas (roca silicea), de color gris oscuro, a la sombra del pinar que recorrerás a continuación. La mala estructura de este suelo repercute en una vegetación más escasa. Aunque hay especies que se asocian a los suelos sin cal, como robles y rascaviejas. Este material se utiliza en la Alpujarra para impermeabilizar los techos de las casas con tejado plano.

Las plantas aromáticas

La aromáticas son plantas que utilizan las esencias como adaptación al medio y al clima en que viven. La esencia es un aceite volátil que evita la desecación de la planta.
Poseen características olorosas y antisépticas (desinfectantes), por lo que se utilizan en perfumería y elaboración de medicinas.
El aprovechamiento de las plantas aromáticas ha sido muy importante en nuestros montes. La extracción de la esencia se hace por destilación en calderas especiales denominadas alambiques.
La lavanda se utiliza en perfumería. La salvia para elaboración de pastas de dientes y en usos medicinales. La mejorana es digestiva en infusión, etc. Tócalas, huélelas y descubrirás un mundo de aromas.

El alambique

El proceso de destilación, para extraer los aceites esenciales de las plantas aromáticas, se efectúa en el alambique. En la primera parte, la hoya, se hace pasar vapor de agua a través de la planta para arrastrar su esencia. Después se enfría este vapor haciéndolo pasar por el interior de un serpentín (tubo en espiral) que está sumergido en agua fría.
Finalmente sale un líquido que lleva agua y esencia. Al reposar obtenemos la esencia que queda flotando sobre el agua. Para recolectar la planta, hay que podarla, cortando como máximo un tercio de los tallos, nunca arrancarla.

Silencio, estoy durmiendo

Una relaciones muy importantes para las plantas son las de dispersión de los frutos por los animales que acuden a comerlos. Al esconderlos en sus almacenes, ayudan a que las semillas viajen lejos de las plantas que las producen.
En esta madriguera dormita un ratón de campo que ha estado toda la noche trabajando para buscar su comida, bellotas y otros frutos silvestres. No hagamos ruido alguno pues durante el día descansan. Además son elementos muy importantes para el ecosistema, ya que a su vez sirven de alimento a otros muchos animales; comadrejas, ginetas, zorros, rapaces, culebras...

El bosque

La vegetación climax está formada por un bosque bastante cerrado de pinos y encinas. En su interior se genera un microclima más fresco y húmedo que el clima general de la zona, que favorece la aparición de especies que no soportan la alta insolación de nuestras latitudes.
El bosque es un ecosistema complejo en el que podemos distiguir cuatro estratos:
Estrato arbóreo: formado principalmente por encinas (Quercus ilex subsp. ballota) y pinos albares (Pinus sylvestris var. nevatensis).
Estrato arbustivo: bajo los árboles y en los claros del bosque crecen una seria de arbustos, entre los que destacan agracejos (Berberis vulgaris subsp. australis), majuelos (Crataegus monogyna), escaramujos (género Rosa), enebros (Juniperus oxicedrus) y otras especies leñosas de bajo porte como torvizcos (Daphne gnidium) etc.
Estrato trepador: las plantas trepadoras, como la rubia (Rubia peregrina) y la hiedra (Hedrea helix) se enroscan en los troncos de los árboles y arbustos para crecer y buscar la luz.
Estrato herbáceo: a la sombra de los estratos anteriores crecen numerosas hierbas, algunas muy llamativas como la peonia (Paeonia coriacea) y la hierba de ballesteros (Helleborus foetidus).

Recuperación de la vegetación

A lo largo de la historia, el área del jardín ha sufrido numerosas actuaciones humanas que han alterado en alguna forma la vegetación. Muchas áreas del jardín fueron antiguamente cultivadas, sen han pastoreado, repoblado forestalmente, se han utilizado como área de acampada, etc... La acción conjunta de estas actuaciones provocó que la vegetación del jardín se conformara como un mosaico de comunidades pertenecientes a diferentes etapas de la serie de degradación.
Desde que se creo el jardín y se eliminaron los agentes perturbadores, se ha observado una clara recuperación de la vegetación, tendiendo las distintas comunidades a aproximarse a la vegetación clímax (el bosque) en mayor o menor grado. Esta tendencia se observa incluso al margen de las actuaciones que se han realizado para facilitarla: aclareo del pinar, siembras y plantaciones, etc...
Quizás, el caso más visible de recuperación de la vegetación se produce en el desarrollo de los espinales (última etapa de la serie de vegetación antes del bosque). En numerosos puntos del jardín se produce una proliferación de las plantas espinosas, surgiendo un matorral alto donde antes había matorrales bajos o pastizales.

Prunus ramburii Boiss. Endrino de Sierra Nevada. Espino negro.

Encina rompepiedras

La encina posee una gran capacidad de crecer bajo las más duras condiciones. Aprovecha las grietas de la roca para dirigir sus raíces al escaso substrato. Es un árbol muy longevo, pudiéndose encontrar individuos de hasta 800 años. Junto a la encina conviven plantas de estratos inferiores y demás seres vivos que en conjunto conforman el bosque diverso característico del clima mediterraneo. Este bosque ha formado parte inseparable de nuestra cultura y tradición.

El hombre de estos campos que incendia los pinares y su despojo aguarda como motín de guerra, antaño hubo raído los negros encinares, talado los robustos robledos de la sierra. Hoy ve sus pobres hijos huyendo de sus lares; la tempestad llevarse los limos de la tierra por los sagrados ríos hasta los anchos mares; y en páramos malditos trabaja, sufre y yerra. Antonio Machado, Por tierras de España (Campos de Castilla).

Vegetación riparia

La existencia del arroyo permite la presencia de plantas con necesidades hídricas elevadas. Así, en las margenes del arroyo se forman bandas de vegetación paralelas al cauce, en función de la necesidad y tolerancia de las plantas a la presencia de agua en el suelo.
Si nos fijamos, podemos ver tres bandas de árboles paralelas al arroyo: sigue con la mirada el arroyo hacia arriba y verás un tejo. Es más oscuro que los demás y, aunque no es estrictamente ripario, está aquí porque necesita lugares húmedos y frescos.


Por detrás de éste vemos sauces o mimbres que ocupan la franja más próxima al arroyo, introduciéndose incluso en su cauce. Hay chopos o álamos cuya hoja se ve plateada.


Los olmos ocupan la banda más externa y alejada del arroyo, pues necesitan menos humedad que los anteriores. Tienen además un color verde brillante.

Rasconar

Los rasconares contituyen la primera etapa de sustitución del bosque sobre suelos desprovistos de cal, el robledal. Aparecen en el interior del jardín en los afloramientos de filitas (roca no caliza), a la sombra del pinar. Este substrato conforma el nucleo central de las altas cumbres de Sierra Nevada.
Al igual que los retamares, por estar fundamentalmente constituidos de leguminosas, fertilizan el suelo gracias a los nódulos de Rhizobium (bacteria que fija el nitrógeno atmosférico) que existen en sus raíces.
Los principales componentes del rasconar son dos leguminosas: rascavieja e hiniesta. Como plantas componentes del bosque de robles, resaltamos el roble melojo, arce y lantana.

Las señales de las plantas

Los nombres de las plantas hacen referencia en muchos casos a su forma o a alguna propiedad medicinal que poseen. Este es el caso de esta planta de nombre "orejicas de fraile o de burro".



Algunos proceden del término que les daban los romanos. La salvia por ejemplo la llamaban salvere, pues salvaba de muchas enfermedades. La lavanda era utilizada para aromatizar y relajarse en el baño, por lo que la llamaban lavare, etcétera.

Vegetación de roquedos

Los abundantes afloramientos rocosos presentes en el jardín son biotopos, poco aptos para la vegetación. Sin embargo, en sus grietas, donde se acumula algo de suelo, crecen algunas plantas como si estuvieran en auténticas macetas. El escaso suelo y la poca cantidad de agua disponible hacen que el medio sea muy selectivo, siendo pocas las especies presentes. Sobre la propia superficie de la roca crecen líquenes y en las zonas más húmedas, musgos. Las especies más frecuentes son doradilla, Teucrium rotondifolium y diferentes uñas de gato.

Los toros de la Cortijuela

Un torito negro, feliz entre la retama, el romero y los ojos de lobo, mira curioso al visitante asombrado por verse tan cerca de un mítico animal de lidia y no ser atacado.




Entre el Trevenque poblado y abruptas caídas se queda la Cortijuela.
Los huraños novillos que por allí suelen pastar son mansos como ovejas porque han residido siempre en esta morada de un paisaje agreste, tosco y cerril.